La jungla estaba de fiesta y nosotros con ella, como cada Diciembre esperábamos la llegada de la Navidad y un poco después la del año nuevo; sería la primera vez que disfrutáramos como matrimonio de estas fechas, y como si hiciera falta algo, el mejor ingrediente era que estábamos en vísperas de la ansiada llegada de nuestro cachorro y con ello la consolidación de nuestra FAMILIA.
Todo eran sonrisas, abrazos, alegría; el aire estaba plagado de ilusión, y la fe y esperanza de comenzar junto con el año nuevo el ciclo más hermoso en el que una pareja puede adentrarse: SER PADRES.
La navidad transcurrió sin novedad aunque sí con cierto nerviosismo (que en ocasiones se me contagiaba) por parte de mis familiares que en todo momento cuidaron de mi leona y "nuestra" pancita. Al llegar la que era la posible fecha del nacimiento de nuestro leoncito (26 de diciembre de 2012) acudimos a un hospital de la jungla sólo para enterarnos que todo se reprogramaba para el 6 de enero de 2013, así que se alargó la espera e incluso pudimos bailar alegremente en la celebración del año nuevo Y bueno, por qué no decirlo, aparte de seguir comiendo muchísimas cosas riquísimas, también nos seguimos alimentando de ese amor que sólo la familia puede dar.
Dormimos y luego fuimos a felicitar a nuestros parientes, justo ese día por la tarde mientras seguían los festejos “E” hizo que su mami tuviera una sensación muy peculiar que nos hizo poner más alertas y emocionados que nunca, Jackie tenía una rara mezcla de cansancio y una sensación que ni ella misma sabía explicar; por ello regresamos a casa para descansar y prepararnos (ahora sí) para el ansiado momento.
A la mañana siguiente mi leona comenzó con pequeñas contracciones las cuales según su intensidad nos decían que no era tiempo todavía, y a medida que fue avanzando el día éstas también aumentaron en cantidad e intensidad. Al llegar la noche acudimos nuevamente al hospital; para entonces mi mamá y una de mis hermanas estaban alistadas también en la entrada del mismo para ofrecer ese apoyo y cariño que siempre son necesarios; sin embargo, después de no mucha espera, un médico nos hizo saber que faltaba mucha dilatación aún y con ello debíamos acudir hasta las 7:00 hrs. del día siguiente o sólo en caso de presentar sangrado o algún síntoma de riesgo o de trabajo de parto ya que por la temporada vacacional no habría, pediatra, anestesiólogo, ni médico de guardia. (puufff!!!)
Al regresar a casa las contracciones eran ya muy intensas; cenamos y nos fuimos a acostar, mis bostezos eran tan enormes como mis ganas de dormir, pero intentaba permanecer despierto para apoyar de algún modo a Jackie, quien agotada y sin poder conciliar el sueño por obvias razones, tuvo la entereza (que sólo una verdadera fiera tiene) para pedirme que me durmiera y que guardara energías para cuando ella realmente necesitara de mi apoyo; ¡y que razón tuvo…! (continuará)
"V"
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