viernes, 7 de marzo de 2014

“E”: la primer enseñanza (1ra parte)

Estando “E”-mbaraza-DOS comíamos ansias (aparte de los antojos) de que “E” naciera para
comenzar a enseñarle cada detalle de como rugir y gatear, además de ello parecíamos tener muy en claro que debíamos estar 
dispuestos por encima de todo a aprender de nuestro leoncito, sin embargo la vida nos tenía preparada junto con "E" nuestra primera gran lección si queríamos llegar a ser unos auténtico papás leones.

Junio  15, 2012
 – Eran ya casi 2 semanas de estar instalados en nuestro nuevo hogar, todo era armonía y alegría; y nada parecía ser lo suficientemente grande como para cambiarlo. Era viernes en la madrugada, yo había pedido permiso para ausentarme algunas horas en mi trabajo (del cual hablaré más adelante) para acompañar a mi adorada sobrina “MaFe”,  quien me invitó al rally que con motivo del día del padre habría en su escuela;  sentí que Jackie se levantó al baño, en algunas ocasiones cuando esto sucedía solía acompañarla pero ese día estaba somnoliento y no lo hice, casi para volver a conciliar el sueño escuché un golpe y el grito de Jackie, no supe cómo  salté de la cama y corrí al baño, al llegar encontré a Jackie en el suelo, había resbalado  con un poco de agua que había en él, estaba  muy adolorida aún por el golpe y a la par lloraba muy  agitada y preocupada porque le pudiese ocurrir algo a nuestro bebé ya que cayó de sentón, la revisé y tenía un piquete en un codo que se hizo al caer con un cactus que estaba cerca y bastante dolor en la cadera, tratando de consolarla y tranquilizarla la llevé a la cama, ya no pudimos dormir y en cuanto amaneció salimos hacia el consultorio de la doctora que días antes nos atendió. Al llegar y enterarla de lo sucedido nos mandó a practicarle un ultrasonido urgente para poder darnos un diagnóstico preciso, lo realizaron, pero los resultados/interpretación tardarían varias horas por lo que Jackie me convenció de irme con Mafe y así lo hice, mientras ella se quedaba al cuidado de mi mamá y mi hermana muy cerca de ahí.

Mientras jugaba  y reía con mi sobrina me parecía irónico que al mismo tiempo que festejaba el día del padre mi hijo pudiera correr riesgo, terminó el evento y por fin nos dieron los resultados de los cuales la ginecóloga hizo el siguiente diagnóstico: 

-Desprendimiento de placenta, peligro inminente de aborto; al escuchar esto quedamos helados y el miedo nos invadió, mi semblante debía ser tan desdibujado como el de Jackie pero no podía dejar que el miedo se hiciera pánico y sólo pude abrazarla, no dije nada y escuchamos las indicaciones de la doctora: 

Un mes de tranquilidad y absoluto reposo para Jackie, incluso recomendó que no e bañara diario para  evitar levantarse;  como era también obvio, nada de relaciones sexuales;  analgésicos, inyecciones de “cuerpo amarillo” y la esperanza de que en ese mes no se presentara algún síntoma de riesgo… (continuará) 



“V”

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